![]() |
Río Alberche. Aldea del Fresno |
Hoy queremos dedicar esta columna al espacio
«Aquel verano de...» en homenaje a nuestro gran amigo Federico, fundador de «Cosecha del 68», que el pasado
mes de agosto fallecía.
V
|
ERANO de 1968. Las luces mortecinas del
«Seiscientos» alumbraban el corro que habíamos formado alrededor de una manta
extendida cerca de la orilla del río Alberche a su paso por Aldea del Fresno.
Entre risas, anécdotas y proyectos, aquel grupo de jóvenes nos disponíamos a
dar buena cuenta de unos bocadillos que horas antes habíamos comprado en la
tienda de Justo, padre de Marina.
El lugar era propicio para la acampada y allí
nos reuníamos cada fin de semana, antes y después de ir a la discoteca que
había en Chapinería, un pintoresco pueblo a pocos kilómetros de Aldea. Durante
el día disfrutábamos con las delicias que proporcionaba el baño en las aguas
del río y por la noche nos reuníamos en el baile. Era una discoteca muy
familiar y todos nos conocíamos.
Aquella noche de agosto del 68 fue cuando tú,
nuestro querido Federico, te integraste a la pandilla de soñadores. Y fue de la
forma más peliculera: te acercaste a nuestra mesa para pedir un fósforo que
encendiera tu cigarrillo. Sin embargo, con el tiempo descubrimos que el motivo
no fue el pitillo, sino una morena llamada Pity que estaba en el grupo quien te
deslumbró.
A partir de aquella noche pasaste a formar
parte de la pandilla. Te gustaban nuestras tertulias y disfrutabas oyéndonos
contar nuestras «fantasmadas» particulares.
Tu carácter positivo, tu ímpetu, tu coraje, tu
tolerancia en todos los aspectos, tu forma de ver todo natural y, sobre todo,
tu sonrisa y tu mirada serena, entre otras muchas cualidades que hacen
especiales a las personas, fue lo que nos cautivó. En pocos días te ganaste a
todos y te convertiste en nuestro padre, nuestro psicólogo, nuestro confesor,
nuestro confidente, nuestro amigo, nuestro enfermero y hasta… nuestro cantante
particular.
Siempre recordaremos con cariño tus rancheras,
tus tangos y tus despedidas con alguna jota navarra con que nos agasajabas en
esas noches de verano iluminadas a partes iguales por la luna y las luces del
«Seiscientos» y vividas dentro de un grupo al que precisamente tú, querido
Fede, bautizaste con el nombre de «Cosecha del 68».
Un grupo que vivió amores y desamores, alegrías
y tristezas, risas y llantos, inquietudes y sosiegos. En ese grupo estabas tú
con tu comprensión y tu paciencia para escucharnos y ofrecernos algún consejo y
siempre esa palabra concisa que servía para tranquilizarnos.
Hoy, verano de 2014, los wasap pasan de un
móvil a otro para comunicar a los que aún quedan de aquella pandilla de soñadores
que nos has dejado para siempre. Y nos has dejado como tú querías que
ocurriera: en silencio y de repente.
Pasaste por nuestras vidas de puntillas para no
molestar ni ofender, pero con tanta fuerza que has dejado en todos nosotros una
huella tan profunda y arraigada que no se borrará nunca de nuestro corazón.
Desde este verano de 2014 queremos decirte que
siempre que miremos al cielo recordaremos aquellas noches del Alberche y
recordaremos con cariño y un profundo sentimiento tu figura llena de bondad, de
generosidad y de tantas y tantas virtudes que te hacían especial.
No hay comentarios