"Bienvenido, Mister Marshall 2"
Por Julián Miranda Sanz
OTRA VEZ
eliminados. En esta ocasión fue a las primeras de cambio. Tras anunciar el
presidente del Comité Olímpico Internacional el empate a puntos con Estambul,
la sombra de la eliminación se cernió sobre España especialmente sobre Madrid,
y así fue en la segunda votación: Madrid, a casa.
Se
podía quedar eliminado, pero al menos llegar a la finalísima y que fuera lo que
Dios quisiera y los politiqueos te turno dispusieran. ¿Interesaba políticamente
más Tokio que España o Estambul? Quizá. Al parecer habrá cambios en la
dirección de la presidencia del COI y ya se sabe lo que puede ocurrir en estos
casos: que el nuevo presidente tenga preferencias por otras ciudades y ortos
proyectos.
Suposiciones
y cábalas aparte, cada uno es libre de pensar lo que quiera, la realidad es que la delegación olímpica nos
ha venido mostrando la candidatura
olímpica de Madrid 2020 como un proyecto ilusionante, convincente, excepcional,
y por ello llegamos a pensar que esta vez era la buena y definitiva.
El
ayuntamiento de Madrid fue engalanando la ciudad, las cadenas de televisión y
las emisoras de radio dedicaron programas especiales por tan magno
acontecimiento y los ciudadanos de Madrid salieron a la calle y ocuparon el
lugar estratégico y emblemático de la ciudad: la Puerta de Alcalá y
Cibeles, y la alcaldesa de Madrid desde
el balcón de Buenos Aires proclamaba que como Madrid “na”, que diría un
castizo, y que esta vez las Olimpiadas sí pararían en Madrid.
Todo
estaba dispuesto para que esta vez los Juegos de 2020 se quedarán en la capital
de España, pero al igual que en la película de García Berlanga ¡Bienvenido, Mister Marshall!, los
Juegos pasaron de largo y a los ciudadanos de Madrid se les quedó la misma cara
que a los paisanos de Villar del Río cuando vieron pasar a los americanos de largo.
No
voy a analizar las presentaciones de los miembros de la delegación de Madrid
2020, pero me dio la sensación que íbamos de sobrados. Con la que está cayendo.
Sólo una apreciación al discurso de Mariano Rajoy. El presidente del Gobierno
hizo una defensa de la candidatura olímpica de Madrid más propia de una alocución
política en el Congreso, y cuando en la rueda de prensa que se celebró después
de las diferentes exposiciones por parte de los componentes de la delegación
española un periodista le pidió alguna razón que le convenciera para votar la
candidatura de Madrid, Rajoy se limitó a explicarnos cómo habían sido los Juegos
de Barcelona 92. Eso ya lo sabíamos, señor Rajoy.
Por
otra parte, con todos los líos que tenemos abiertos en España y que no terminan
de cerrarse, léanse aumento del paro, la crisis económica, los recortes por
doquier, casos de corrupción política (supuestamente, eso sí), accidentes
graves que no terminan de aclararse (“caso Madrid Arena”, descarrilamiento de
Santiago), la “operación Puerto” que ahí sigue todavía y por si todo esto fuera
poco, ahora nos sale el “caso Casillas”. Con todo esto danzando no es extraño
que los Juegos pasen de largo una vez más.
En
la exposición que hizo Ana Botella nos decía lo maravilloso que es tomar un café con leche en una de las terrazas de
la Plaza Mayor. Tiene razón. Pero
puestos a recomendar, un bocadillo de calamares con caña de cerveza en el
Brillante de la glorieta de Atocha (plaza del Emperador Carlos V, para los que
lleguen a Madrid) tampoco está mal y además para quitarnos el mal sabor de boca
que nos ha dejado la eliminación de Madrid o para festejar cualquier triunfo es
más adecuado. Y seguro que les gustaría más a todos los miembros del Comité Olímpico.
Ana
Botella dice que Madrid continúa teniendo “muchos retos que afrontar”.
Esperamos que el reto Eurovegas no termine siendo ¡Bienvenido, Mister Marshall! 3.