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Basuras y coca-cola para todos
A
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LICANTE ha sido la última ciudad que ha
vivido una huelga de recogida de las basuras, anteriormente habían sido Madrid,
Pinto, Granada o Sevilla, entre otras localidades. Todos estos conflictos se
han resuelto evitando que un gran número de trabajadores incrementaran la lista
de parados.
Este logro por parte
de los sindicatos debería servir para llenarnos a todos de satisfacción porque
se han mantenido miles de puestos de trabajo y porque las centrales sindicales
han defendido con firmeza sus propuestas.
Sin embargo, estos “éxitos”
sindicales no han sido alcanzados por el trabajo de los sindicalistas, sino por
el chantaje que éstos han hecho a la patronal cogiendo como rehenes a los
ciudadanos de las respectivas localidades allí donde existía el conflicto de la
huelga de los trabajadores que recogen la basura.
Los ciudadanos, que
han soportado no sólo estas huelgas, sino también los destrozos que algunos
manifestantes han ocasionado en diversas localidades, han sido los verdaderos
artífices de esos éxitos que las centrales sindicales se cuelgan del pecho. Si
no hubiera sido por los sufridos vecinos, los sindicatos no hubieran conseguido
absolutamente nada para evitar los despidos de los trabajadores de la limpieza.
Una vez que el
conflicto de la basura está solucionado, los sindicalistas pueden descansar y
tomarse una coca-cola mientras piensan una solución al cierre que anuncia
Coca-Cola y a la pérdida de más de 1.200 puestos de trabajos directos más los
indirectos que se producirán con el cierre de algunas de sus plantas. En este
conflicto veo complicado que las centrales sindicales puedan tomar al ciudadano
como rehén y emplearlo como moneda de cambio en la negociación.
¿Nos van a llenar las
calles de botes de coca-cola? ¿Saldrán de debajo de la barra de la cafetería
los piquetes informativos para impedirnos que tomemos una coca-cola? ¿Aparecerán
en los estantes de los supermercados para no dejarnos comprar una lata del
susodicho refresco? En este conflicto tienen una gran ocasión para demostrar la
valía de los sindicatos en España sin la colaboración forzada de los
ciudadanos.
Mucho me temo que
irán al paro unos cuantos cientos de trabajadores de Coca-Cola porque a los
sindicatos les falta la materia prima para la negociación: los ciudadanos.
Siempre que en algún
conflicto laboral hay una empresa de las llamadas “grandes” y no se pueden
emplear rehenes, da lo mismo que venda coches, ropa, alimentos, electrodomésticos,
electricidad o bebidas, la solución al conflicto se salda con un pacto en forma
de ERE o por el artículo 41 de los Estatutos de los Trabajadores. Eso sí, se
evitan los destrozos en las ciudades correspondientes, pero cientos de trabajadores
se van al paro.
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