En Galeradas
Nacional
20 de noviembre
Por Julián Miranda Sanz
D
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ESDE la perspectiva que me dan los
paseos por la ciudad o por los parques y desde la soledad compartida con un
velador mientras tomo un café, observo muchas cosas al tiempo que otras llegan
a mi memoria. Mezcladas ambas, obtengo una combinación que es difícil digerir.
Hoy el calendario nos ofrece una de estas
mezclas que no sé cómo tomar. Hoy se cumplen 38 años de la muerte de Franco;
hoy, el Partido Popular celebra dos años en el Gobierno; hoy, Naciones Unidas
conmemora el Día del Niño, y hoy, Pedro Solbes habla, por todas partes, de lo
que pudo haber hecho y no hizo.
Reflexionando sobre
estos cuatro sucesos, me pregunto en qué hemos cambiado desde el primer
acontecimiento hasta el último. La respuesta que me doy es desalentadora.
Por una parte, la
muerte de Franco nos abría unas perspectivas de libertad, de progreso, de
ilusiones por tener una vida mejor que la de nuestros padres, de un futuro más
ilusionante para las siguientes generaciones. Todo parecía muy bonito, pero con
el paso de los años la realidad es muy diferente.
Creo, y lo lamento,
que la democracia y las libertades sólo están beneficiando a los más poderosos,
a los corruptos, a los ladrones, a los criminales, a los que prevarican, a los violadores,
a los defraudadores, a todo aquel que vive al margen de la ley, a toda la
escoria de la sociedad; pero los que respetamos a nuestros semejantes, los que
cumplimos con nuestros deberes y obligaciones de ciudadanos, los que apreciamos
la libertad porque nunca la tuvimos, los que queremos trabajar para llevar una
vida digna, a éstos, poco les está beneficiando. Lamentablemente, la única
diferencia que veo desde aquel 19 de noviembre de 1975 (víspera de la muerte de
Franco) y este 20 de noviembre de 2013 es que hoy se puede insultar libremente
al presidente (jefe) del Gobierno y antes ni lo podías pensar. Triste bagaje
para tanta democracia.
Hoy el Partido
Popular está de fiesta por sus dos años en el gobierno. Ellos, los populares,
dicen que lo están haciendo muy bien. Sin embargo, este observador no piensa lo
mismo. Lo que yo creo es que lo que se dice gobernar no lo han hecho. Han
sacado y están sacando muchas leyes, la última es la ley de seguridad
ciudadana, y nombran comisiones para cualquier asunto que a la postre no
resuelven nada; resultaría más sencillo hacer cumplir las leyes vigentes; que
los jueces no dieran largas a todos sus casos; que los tribunales se implicaran
en sus decisiones y no las dejaran para que sean otros los que tomen la decisión
final. Si el Partido Popular dentro de dos años vuelve a estar de celebración
será porque la oposición no se entera de nada o quizá porque tampoco le va nada
mal siendo oposición. Pero ni los unos ni los otros ilusionan a nadie.
De continuar por este
camino, en las próximas elecciones generales todos los partidos políticos
podrían hacer campaña bajo el mismo eslogan: “Quítate tú para ponerme yo. No. Robaremos los dos”, y esto ya lo decían en tiempos de mi abuela Aurelia. Poco ha cambiado la
historia.
Por otra parte,
Naciones Unidas celebra el Día del Niño. No creo que no estemos para muchas
celebraciones después de ver las imágenes que los medios de comunicación nos
han mostrado de los niños de Filipinas tras la catástrofe que ha causado el
tifón Yolanda. No sólo hay que
conmoverse en estos casos, los niños están ahí todos los días y en todas las
partes del mundo con sus guerras y sus miserias. Y ya no nos adentremos con los
que tenemos más cerca, porque mi pregunta es ¿qué España estamos elaborando y
creando para nuestros hijos y nuestros nietos? ¿Una España partida, dividida,
corrupta y manipulada por unos y por otros? Seamos responsables y cuidemos lo que a
nuestros padres y abuelos les costó tanto conseguir: la libertad y la
democracia en los más amplios sentidos que encierran estas palabras.
Por último, Pedro
Solbes aparece con sus memorias para contar historias que si las hubiera hecho
bien quizá algunas cosas no estarían como ahora están. Tanto las palabras de
Solbes como las de Aznar, Zapatero y Felipe González son para que se hable de
ellos, para hacer promoción de sus respectivos libros y que los incautos
compren su obra literaria.
Este cuarteto
literario que va apareciendo en los medios para hacer su promoción no se
diferencia en nada con otros personajes, como, por ejemplo, Belén Esteban, que
también hacen sus promociones. A veces pienso que estos últimos personajes son
mejores compañeros de viaje, ya que con los primeros puede desaparecerme la
cartera.
Nota del autor: Ante posibles actos de espionaje, el autor de esta columna deja claro que todas estas apreciaciones son siempre supuestamente.
Nota del autor: Ante posibles actos de espionaje, el autor de esta columna deja claro que todas estas apreciaciones son siempre supuestamente.
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