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STA semana viene marcada por dos
acontecimientos deportivos. Por una parte, Carles Puyol anunció ayer su
retirada al final de la temporada y, por otra, el debut de Diego Costa con la
selección española de fútbol. Como no podía ser de otra forma, estos dos sucesos
dan para escribir mucho y bien, tanto de Puyol como de Diego Costa.
El capitán del FC
Barcelona, y uno de los capitanes de la selección española, es un ejemplo como
persona y como deportista para los niños y no tan niños que quieren ser
futbolistas y en la memoria de muchos quedará como la alma mater del mejor Barcelona
con Pep Guardiola. Y la incorporación de Diego Costa a la selección española es
el suceso deportivo más esperado desde hacía tiempo. Su integración en la
selección con vistas al próximo campeonato del mundo en Brasil sin duda será de
gran utilidad en los propósitos del equipo español para renovar su título de
campeón del mundo.
Estos párrafos
podrían ser el resumen de lo que todos decimos y escribimos en relación con
estos acontecimientos deportivos.
Sin embargo, como
estamos cansados de ser siempre políticamente correctos porque es lo que vende
y lo que hace quedar bien con el círculo que te rodea, hoy vamos a opinar (para
que no me despidan, señor Del Bosque) de la manera más políticamente incorrecta.
Por una parte, no
entendemos qué prisas les entran a los del Barcelona por decir las cosas. Una
mañana, apenas amanecer, se presentan en Hacienda para saldar ciertas deudas contraídas
por el “caso Neymar”. Si, según el club azulgrana, todo lo relativo al fichaje
de Neymar estaba correcto y no se había perdido ningún millón por los despachos,
¿qué necesidad tenían de correr tanto para pagar? Esas urgencias, y más
viniendo de catalanes, sorprendieron a todos. Por ello, lo de los 57,1 millones
y punto que dijo Rosell no se lo traga nadie.
Y continuando con las
prisas aparece en escena Puyol. Cita con la prensa a la hora de la siesta para
comunicar que al final de temporada dejará el equipo, aunque aún le quedan dos
temporadas más como jugador azulgrana. Dicho esto, se levantó y se marchó sin
admitir preguntas de los periodistas. Al acto asistieron algunos compañeros del
equipo, pero quienes no estuvieron presentes, tal vez porque la noticia les sorprendió
transpuestos, fueron su entrenador, Tata Martino, ni su actual presidente,
Bartomeu, o porque ambos no quieren al jugador en el equipo. En cuanto a la
noticia en sí, para lo que dijo, Puyol se podía haber esperado a final de
temporada y hacer el mismo comunicado y contestar a las preguntas de los
periodistas. Por lo que respecta a las dos temporadas que aún tiene firmadas
con el club azulgrana, no creemos que Puyol pase apuros económicos en el futuro
si no cobra dichas temporadas.
Y de Puyol a Diego
Costa, pasando por Vicente del Bosque. Nuestro seleccionador nacional desde que
se hizo cargo de la selección ha despreciado a cualquier delantero nato que
podía ser útil en el equipo, ya que eran otros jugadores, caso de Cesc
Fàbregas, los que tenían que jugar porque desde el entorno de la selección así
lo demandaban. Y cuando España ha jugado con un verdadero delantero, caso de
Torres, también fue porque este jugador estaba de moda. Y entre unos y otros,
Del Bosque haciendo amigos.
Los mismos amigos, o quizá
otros nuevos, que llevan recomendando a Diego Costa para que juegue en la
selección. Diego Costa ha destacado en esta temporada, el resto estuvo dando
saltos de un equipo a otro, hasta que apareció Simeone y lo adaptó al juego del
Atlético de Madrid y ahora Del Bosque, aprovechando que el Manzanares pasa por
el estadio Vicente Calderón, hará debutar a Diego Costa.
A los Llorente, Torres,
Villa, Negredo, Soldado, ni gracias, y a Diego López, ni gracias ni respeto.
Son víctimas de lo políticamente correcto; por ello, desde esta humilde columna
nos solidarizamos con estos perjudicados.
En fin, todos
contentos. Y Casillas, de portero.