En Galeradas
Nacional
… y la Navidad pasó. ¿Y ahora qué?
A
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TRÁS quedó la Navidad con todos sus
excesos, de los que tardaremos en recuperarnos y de los que alguno se quedará
en nuestro organismo para siempre por muchos buenos propósitos que hagamos para
el nuevo año.
Hoy retomo esta
columna para seguir comentando y opinando sobre los temas que la actualidad nos
depara cada día, por una parte, y para estar de nuevo en contacto con mi
tertulia virtual, por otra. Por cierto, os deseo que en la medida que podáis
seáis felices, por el momento, durante este 2014.
La actualidad que nos
encontramos en este nuevo año no es nueva. Es la misma que nos acompañó durante
el 2013 o, quizá, un poco peor, ya que los asuntos que nos ocupaban y preocupaban
continúan sin solución y aun más enredados.
Nuestros padres espirituales
y salvadores de la patria continúan confundiéndonos a base de dar largas a
todos los frentes abiertos: paro, corrupción, nacionalismo, sanidad, seguridad
ciudadana y chanchullos varios.
El tiempo pasa y no
se ven soluciones. Cada partido, cada emisora de radio, cada cadena de
televisión o cada periódico ve estos temas según su posicionamiento político
mientras el ciudadano palpa una actualidad muy distinta. A veces pienso que nos
toman por ingenuos. Hay asuntos que por mucho que se quieran envolver en un
papel de regalo continúan siendo sucios y con pocos visos de solución.
Por ello es por lo
que pienso que en los próximos días nos sobrecogerá alguna noticia importante
que tape la imputación de la infanta Cristina siguiendo el método que
últimamente se emplea en España para que el ingenuo ciudadano se olvide del
anterior caso. Con referencia a la imputación de la infanta Cristina, no
entiendo por qué quieren hacernos ver que su presencia ante el juez responde a
una acción voluntaria de declarar por parte de la infanta cuando han sido
necesarios dos intentos de imputación, que hayan pasado dos años desde que su
marido, Urdangarín, tomara protagonismo en el “caso Nóos” por sus supuestos
chanchullos y que el Rey, en su discurso de Navidad, dijera que habría más transparencia
en los asuntos de la Casa Real. Por voluntariedad se entiende cuando una
persona se presta a algo sin ninguna clase de presión ni condicionamiento. Si
como dice uno de los abogados de la infanta que todo la que hace ésta es por
amor a su marido, ¿por qué no ha acudido en el primer momento para dejar claras
las cosas al juez, a los ciudadanos y, por supuesto, a su marido, Iñaki
Urdangarín?
También tenemos otro
caso en los juzgados que por los hechos puede ir para largo. Se trata del tema
de la sanidad. Éste va de un juzgado a otro y ninguno quiere resolver nada. ¿A
qué esperamos? ¿A que el que venga detrás lo arregle? Mientras tantos
seguiremos ocupando nuestras calles con manifestaciones, pero atención a estas
concentraciones ciudadanas que se nos pueden ir de las manos si no ponemos
todos de nuestra parte.
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