UNA vez que Rita Barberá está puesta a buen recaudo con el seguro que le proporciona su aforamiento para evitar que la molesten jueces impertinentes. Una vez que Mariano Rajoy se ha instalado tras el parapeto que le ofrece una bandada de gaviotas a la espera de que sus adversarios políticos se despedacen entre sí y poder saltar sobre ellos para asestarles el golpe definitivo que no ha podido darles en las urnas y así continuar otra legislatura más contando milongas a los ciudadanos. Una vez que Pablo Iglesias nos ha dejado cristalino el cambio que pretende para España y la distribución de sus atribuciones en el nuevo Gobierno. Una vez que Pedro Sánchez no se aclara con lo de los pactos, ni con las decisiones que debe tomar, ni a quién debe consultar para expulsar a Rajoy de la Moncloa y auparse a ese sillón presidencial que desea hasta en los más recónditos de sus sueños, tanto en los que vive despierto como dormido. Una vez que Esperanza Aguirre ha puesto tierra de por medio (eso sí, con años de retraso) entre su supuesta honorabilidad y el ranero donde se instalan las personas que la han defraudado, que, por cierto, no son solo dos, basta mirar las hemerotecas para ver que han sido más de dos, y más de cuatro, y más de seis. Una vez que ciertos partidos ya han asustado lo suficiente a los ciudadanos con lo que les espera si otros ciertos partidos llegan al poder. Una vez que ya nos han hecho creer que lo que nos espera con los partidos emergentes es una hecatombe descomunal. Una vez que los ciudadanos nos enteramos del penúltimo caso de corrupción. Una vez que se han puesto en marcha todos los juicios que dormían el sueño de los justos. Una vez que Izquierda Unida tiene al alcance la realización de esos sueños inalcanzables hace unos meses. Una vez que Pablo se pone tan angustiado porque Pedro no le contesta a su invitación de pasear por la Moncloa y el parque del Oeste como dos amartelados. Una vez que…
Sí. Una vez que van pasando todas estas cosas, los ciudadanos nos preguntamos ¿y nosotros qué pintamos en todo este desbarajuste orquestal que se está dando en el patio político? Sinceramente. Creemos que, como diría un castizo, los políticos están choteándose de nosotros. Se ve tan claramente las ganas que tienen de ocupar esos puestos tan privilegiados que están solo al alcance de unos pocos y a los que antaño aspiraban personas con firmes ideales y que hoy basta con tener un bonito discurso y mejores promesas para presentarse al casting de las elecciones y salir presidente del Gobierno. También pensamos que ninguno de los que hoy pujan por ser presidente sean capaces por sí solos de organizar ni dirigir nada; unos, por decadentes, y otros, por emergentes, todos ofrecen vicepresidencias al oponente para que les dé un apoyo que no fueron capaces de conseguir en las urnas. Por todo ello estamos convencidos de que será necesario que los ciudadanos volvamos a las urnas y con nuestros votos poner las cosas más claras para que por fin tengamos un Gobierno.
Y es que a la postre los trabajadores, los pensionistas, las amas de casa, los estudiantes, los desempleados, los autónomos, los que tenemos vergüenza, pundonor y lo que hay que tener, como diría la Susana a su Julián en el conocido dúo de La verbena de la Palama, somos, en definitiva, los mismos quienes sacamos adelante esta España con cambio o sin cambio.