Otro curso
Por Julián Miranda Sanz
DESDE HACE muchos años con la llegada del otoño comenzamos
un nuevo curso. Los políticos, los trabajadores, los estudiantes, los
sindicatos, las amas de casa, todos empiezan un nuevo año, aunque éste se
celebre el 31 de diciembre.
Todos traemos en nuestras maletas nuevos proyectos,
renovadas ilusiones y unas ganas enormes de que, por fin, la crisis, los
recortes, los despidos y todas esas cosas que nos hacen la puñeta, se marchen
con la prima de riesgo, que el año pasado era nuestro calvario, aunque andando
los señores políticos por medio no sabemos si esta pesadilla terminará alguna
vez.
Cada día sus señorías nos sorprenden con nuevas frases
para hacernos ver lo que no vemos por ninguna parte. Recordemos los célebres
“brotes verdes”. Ni los vimos e, incluso, algunos todavía estamos pensando qué
podría ser. Este año le ha tocado el turno a Luis de Guindos y nos ha dejado
una tarea para este curso: averiguar qué significado tiene la frase “flores de
invernadero”. Tanto una como otra parecen expresiones que escuchábamos en las
películas de John Wayne y Toro Sentado. Tenemos todo un curso por delante para
descifrarla.
Recuerdo la frase que Luis Fernández Santos (compañero en
una de las empresas donde trabajé) espetaba a todos los colegas cuando regresábamos
de vacaciones: “Las vacaciones, que tal; ¿bien o en familia?”. Durante unos
días he dejado de escribir esta columna porque he estado de vacaciones (los
jubilados también tomamos vacaciones) y las he pasado “bien”. Mi mujer fue a
pasar estos días con una hija que vive en San Pedro del Pinatar. Dice que los
“baños de barro” le vienen muy bien para pasar el invierno con menos dolores.
Yo creo que es cuestión de fe. Vamos, como lo de las “flores de invernadero”.
Más tareas para este curso.
Aprovechando esta ausencia conyugal, fui a visitar a Piti
Moreno y Carlos Hernández (integrantes
de Cosecha del 68) a su casa de pueblo y me invitaron a quedarme unos días; los
pasé “bien”, buena comida, sobremesas
hasta la hora de la merienda y cenas con canciones de Piti para recordarme que
no ha olvidado esos boleros que cantaba junto a la orilla del río a la luz que
proporcionaban los faros de un seiscientos. Más tareas: torear la nostalgia.
Por último, quizá me tome otros días de vacaciones a
primeros de octubre. Estos los pasaré “en familia”. Espero que si dispongo de
wifi pueda escribir esta columna y continuar contando cosas de este verano y
comentar las del nuevo curso.
¡Ah! Esperanza
Aguirre también ha puesto tareas para este curso no sólo a los alumnos que
estén matriculados en un colegio público, sino a todos los españoles: aprender
catalán. Otra frase del verano: “Catalanizar España”. Bueno, ya veremos si
realizamos tantas tareas.