DURANTE estos días de principios de septiembre
se viene hablando y mucho de las pensiones. El año pasado fue la prima de
riesgo quien acaparó todas las portadas de los periódicos. A este paso vamos a
tener que nombrar el “tema del verano” cual si de las canciones se tratara. Sin
embargo, todo este asunto de las pensiones es mucho más serio. Seamos serios.
La ministra de Empleo, Fátima
Báñez, nos anuncia la subida de las pensiones como una gran noticia. Leído así,
la cosa pinta bien, pero si seguimos leyendo vemos que la tal subida representa
el 0,25 por 100 y si las cosas se dan bien pueden llegar hasta el 0,25 más el
IPC.
Sinceramente, yo no entiendo
si el 0,25 por 100 es mucho o poco, porque esta apreciación depende con lo que
se la compare, ni tampoco sé cuánto será el IPC. Por eso, tiro de regla de
tres, que ésta sí que soluciona problemas al menos hasta que algún ministro de
Educación tenga la ocurrencia de suprimirla en alguna reforma educativa, y veo
con asombro que en el mejor de los casos la subida para una pensión tirando por
lo alto supondrá tres euros al mes.
Señora Fátima Báñez, con
semejante subida me deja confuso; no sé si seré capaz de administrar tan
importante emolumento, aunque más bien como decían en mi pueblo: para este
viaje no hacían falta alforjas.
Otra de las causas que pesan
sobre las pensiones es que la esperanza de vida es más alta. Pues naturalmente
que tiene que ser más alta: estamos mejor alimentados, hacemos más ejercicio
físico, la medicina ha avanzado y por esto y otras cuestiones en un reciente
estudio se refleja que los españoles hemos aumentado en estatura.
Señora ministra, por esto no
creo que ponga en duda que tenemos que tener mejor salud o es que piensa que
deberíamos de estar como cuando se tomaba Cafiaspirina que lo mismo valía para
un roto que para un descosido. Todo avanza menos las previsiones que un
gobierno debe tomar referentes a las pensiones, ya que todas o casi todas
(siendo optimista) se pierden en insulsos debates o en comisiones infructuosas.
También tienen cabida en este
asunto de las pensiones algunos periodistas que acuden a las tertulias
radiofónicas y parecen que quieren sentar cátedra con sus opiniones. Hace unos
días escuché en uno de esos coloquios decir a un periodista (lamento no saber
su nombre, pero sí recuerdo que la tertulia se emitía desde Radio Nacional de
España un martes por la noche) que como ahora las personas vivíamos más años y
se alcanzaba la cifra de los cerca de noventa años era mucho tiempo para estar
cobrando una pensión del Estado; es decir, que los pensionistas deberíamos
morirnos antes y a ser posible de repente (esta última frase es del autor de
este comentario) y así ni en medicinas haríamos gasto.
Otra contertulia en el mismo
programa apostilló, haciendo referencia al 0,25 por 100, que ya quisiera para
ella esta subida todos los años en su sueldo. Como usted no pudo escuchar lo
que contesté al oír su comentario se lo transcribo (aunque tampoco llegue a sus
oídos): “No se preocupe, señora periodista, que si con esa subida usted es
feliz yo se la ingresaría en su nómina todos los meses no vaya a ser que se
deprima y diga más incoherencias [aquí dije otra palabra] en las tertulias
radiofónicas”.