A
noticia del fallecimiento de Mandela ha dado la vuelta al mundo. Todos los
informativos han emitido los actos que se han celebrado durante estos días en Sudáfrica
con motivo del funeral por Mandela. Hemos asistido a una celebración histórica,
por una parte, por lo que representa la figura de Mandela en todo el mundo, y,
por otra, por la cantidad de jefes de Estado y personalidades que han asistido
al evento.
Han sido días de auténtica celebración, con cánticos y
bailes por parte de los habitantes de Sudáfrica que han mostrado al mundo su
admiración y cariño por su líder Mandela. Pero cuando un acontecimiento, sea de
la índole que sea, se alarga tanto acaba por derivar por otros derroteros hasta
convertirse en una feria donde cabe todo. Y eso es lo que ha sucedido en el
funeral del bueno de Mandela.
Los comerciantes de Sudáfrica no distan mucho de los de
cualquier otro país a la hora de hacer negocio y, por ello, aprovechando la
cantidad de días de duelo no han perdido ripio para hacer “su agosto” con la
venta de toda clase de recuerdos.
Tampoco los políticos se diferencian del resto de los
mortales, y entre el jetlag del viaje
y los diversos actos del funeral acaban por perder la noción del tiempo y del
lugar. Si a todo esto se une que a nuestro lado tenemos sentada a una rubia,
entonces uno se olvida de todo porque, claro, para cuatro días que vamos a
vivir, quién sabe si tendremos otra ocasión de guardar ese momentazo de
coquetear con una señora como la que tenemos al lado.
Y esto debieron de pensar Cameron y Obama cuando vieron
que una rubia danesa se encontraba entre ellos. Claro está que la señora en
cuestión tampoco se quedó atrás, siendo ella quien inmortalizó el momento con
su propio móvil, mientras los tres reían. Lo que no dice la noticia es si Helle,
primera ministra de Dinamarca, que así se llama la rubia, tomo esa foto para
dar celos a Berlusconi, que ya en su momento se fijó en ella.
Lo cierto es que esto a Michelle no le gustó nada y acabó
poniendo tierra de por medio, es decir, ella misma se interpuso entre su marido
y la ministra de Dinamarca al tiempo que ofrecía ese rostro que muestra una
mujer cuando dice que no la pasa nada pero que sí la pasa y que ya puedes ir pensando
en el sofá porque de cama nada. Sin embargo, Michelle debe entender que no es
lo mismo estar sentado al lado de Angela Merkel por muy rubia que sea la
alemana.
No obstante, parece que el asunto no ha ido más lejos, ya
que Michelle y Barack aparecieron cogidos de la mano cuando regresaban a casa.
Tampoco podía faltar en esta historia del funeral un
español. Y sí, ahí estaba Mariano Rajoy al más puro estilo tertuliano de
programa donde se cuentan historias de alcoba para tomar nota de que los
devaneos de Obama con Helle en la tribuna del estadio no eran casualidad, ya
que el propio Rajoy vio al presidente de Estados Unidos en compañía de una
mujer y solos en el gimnasio del hotel.
¿Y qué hacían en el gimnasio? ¿Y cómo era la señora? ¿Y
en qué actitud estaban? Éstas son las preguntas que tenían que formular sus
señorías de la oposición en el Congreso y dejarse de echarse la culpa el uno al
otro, porque después de oír el lenguaje que han empleado Montoro y Elene
Valenciano en sus últimas intervenciones también parecían tertulianos de
programas de chismes vecinales.
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