
CUANDO leí que Televisión Española había cambiado el horario de emisión del programa Informe semanal, en mi rostro se dibujó un rictus de tristeza. Dejé el periódico sobre la mesa, cogí la taza de café y, tras tomar un sorbo, exclamé: «Otro clásico que se cargan».
Informe semanal nació en 1973 y desde entonces ha estado presente en la vida de muchos espectadores. Crecimos, aprendimos, sufrimos, nos divertimos, nos enamoramos y envejecimos con este programa. Informe semanal era un programa de referencia informativa. Estaba presente en nuestras conversaciones cotidianas. Trataba la noticia con rigor y calidad. Su sintonía formaba parte de la fisonomía de todos los sábados.
En nuestra memoria están presentes sus directores y presentadores. Quién no se acuerda de Pedro Erquizia, Ramón Colom (también presentador) o María Antonia Iglesias, entre otros directores. En cuanto a los presentadores, cómo no recordar a Adela Cantalapiedra, Pepa Bueno o David Cantero, entre otros
periodistas. Sin olvidar, por supuesto, a Rosa María Mateo, cuyo nombre junto con la sintonía del programa y el propio Informe semanal forman ya parte de la historia de la televisión.

Estoy escribiendo en pasado como si el programa hubiera desaparecido y aunque se seguirá emitiendo creo que este cambio horario sólo es un paso hacia el final de Informe semanal por mucho que los señores de Televisión Española nos quieran hacer ver otra cosa, pues los intereses políticos que siempre han estado presentes en la historia del programa y la manera de tratar algunas informaciones sobre ciertos políticos que últimamente salen más en la sección de «Sucesos» de toda la prensa que en la de «Política» hacen presagiar la desaparición de Informe semanal.
Según dicen en Televisión Española, este cambio se debe a la baja audiencia que viene cosechando el programa. En septiembre de este año, Informe semanal (el segundo programa informativo más longevo del mundo tras el estadounidense 60 minutos) obtuvo una media de 901.000 espectadores, con un 6,6 por 100 de share, y para que esta franja horaria de las nueve y media de la noche sea más rentable al Ente público Televisión Española emitirá el programa Uno de los nuestros, presentado por Carlos Latre y arropado por María del Monte, Roser y Gurruchaga.
Permítanme que ponga en tela de juicio que este nuevo programa vaya a cosechar mejores resultados. El formato que presenta, aunque lo disfracen de «nuevo talent show musical», que suena muy bien, lo presenten en un gigantesco plató repleto de personas que vociferan y aplauden frenéticamente, no deja de ser un calco de Salto a la fama (en versión 2013), emitido por Televisión Española a principios de los años 1960.
Para mejorar las audiencias, si el programa en sí ya es una copia de los de antaño y una repetición de los actuales en otras cadenas: concursante novel y jurado compuesto por famosos decadentes, el presentador que han elegido para este menester, Carlos Latre, que gracias a las imitaciones de ciertos personajes en Crónicas marcianas alcanzó una gran popularidad, no es precisamente el más apropiado para aumentar la cuota de pantalla, pues Televisión Española canceló recientemente por su baja audiencia el concurso Letris, presentado por Carlos Latre (comenzó con un 5 por 100 de cuota y terminó moviéndose entre el 3 y el 4 por 100), bajísima si la comparamos con la última que ha tenido Informe semanal (6,6 por 100 de share).
Carlos Latre ha presentado o ha actuado en otros programas como Latrelevisión (discreto éxito), Réplica (retirado a la tercera emisión) o Señoras que… (alcanzó el 2,8 por 100 de cuota), entre otros espacios de escasa audiencia. Pobre bagaje para subir las cuotas de pantalla.
Señores de Televisión nos quitan «Uno de los nuestros» (léase Informe semanal) para poner Uno de los nuestros (léase de los vuestros). Que la audiencia juzgue. Por mi parte seguiré fiel a un programa que, aunque han pasado cuarenta años desde que comenzó a emitirse, sigue vivo en mi memoria y sin duda en la de muchos espectadores. ¿Se acordará alguien de Uno de los nuestros pasadas cuarenta semanas?