Con ciertos acontecimientos no se juega
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erminamos el domingo asistiendo a lo que nos atreveríamos
a llamar la mofa nacional dentro de un periodismo chabacano con el que una vez
más se demuestra que para ganar audiencia vale todo menos el respeto a los
espectadores.
En esta ocasión ha sido Jordi Évole con su programa Salvados, quien, haciendo gala de una
falta de ética profesional se ha burlado de todas aquellas personas que
lucharon, sufrieron y murieron por conseguir una democracia que hiciera libre a
un pueblo. Tras varios días de anunciar un programa especial sobre el 23-F bajo
la consigna de que no dejaría indiferente a nadie, el presentador de Salvados nos ofreció la payasada del fin
de semana, pese a que Évole quiera justificar la emisión de este ficticio 23-F
con el documental Operación Luna de Stanley Kubrick (su primera emisión fue el
1 de abril de 2004, día de los inocentes en Francia) o La guerra de los mundos de Orson Welles (adaptación radiofónica de la obra
homónima de H. G. Wells), ambas obras a años luz de la pantomima que presentó
Jordi Évole.
Por mucho humor que se quiera dar a la farsa que presentó Évole con
motivo del 33 aniversario del 23-F, es lamentable que Joaquín Leguina, Fernando
Ónega, Iñaki Gabilondo o Luis Anson, entre otros ilustres personajes de la
transición, se prestaran a esta tomadura de pelo a los españoles. Parece que a
algunos se les ha olvidado el daño que causó la dictadura franquista y el miedo
que por unas horas inundó los hogares españoles aquel intento de golpe de
Estado que protagonizó Antonio Tejero.
Basta con ver las imágenes que los telediarios nos ofrecen de Ucrania
o Venezuela, por citar sólo dos ejemplos, para entender que hay ciertos
acontecimientos con los que no se puede jugar a ser protagonistas
cinematográficos con el fin de ser los listos de la clase. De la clase de los
zafios, nos atrevemos a decir.
Creemos que Jordi Évole, que presenta unos programas con un contenido
serio, que siempre busca la verdad, en esta ocasión se ha equivocado de la
cabeza a los pies al ofrecernos la chabacanería que sirvió de introducción al
posterior debate (ahora en serio) sobre la Monarquía, la Constitución o el
propio 23-F con Iñaki Gabilondo, Eduardo Serra y Garbiñe Biurrun.
Si lo que Jordi Évole pretendía era captar la atención de los
espectadores, seguro que lo consiguió, ya que las redes sociales difundieron la
nueva versión del 23-F con tanta rapidez como indignación causaba el
tratamiento tan frívolo que se daba al fallido golpe de Estado. De una cosa
estamos muy seguros y es que de lo que se hablará en las tertulias no será de
las opiniones de los tres invitados al debate, sino del ficticio 23-F.
Cuando faltan pocos días para la concesión de los Oscar, Operación Palace sí podría ser el filme
ganador de uno de estos premios en la categoría de “mejor película de la necedad”
y su creador Jordi Évole, el ganador del Oscar al “mejor director zafio”.
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