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Pablo Motos y sus hormigas presentarán el «debate a cuatro» en Atresmedia |
DE la «pegada» de carteles hemos pasado a la
presencia en los platós de televisión y estudios de radio. No importa el programa televisivo
ni el radiofónico al que se acuda; el propósito de todos los políticos con
estas visitas es darse a conocer, mostrarse más cercanos a los ciudadanos y de
paso ofrecer unas pinceladas de sus respectivos programas electorales al tiempo
que meten pulla al adversario.
Sin embargo, seguimos
pensamos, quizá porque aún guardemos algo de romanticismo, que aquellas «pegadas» de carteles al comienzo de la campaña electoral que eran acompañadas
por mítines multitudinarios y con la tira de octavillas por la calle eran mucho
más efectivas y afectivas a la hora de igualar
políticos con ciudadanos de a pie que las audiencias que hoy puedan conseguir los líderes políticos con sus apariciones en los medios informativos.
políticos con ciudadanos de a pie que las audiencias que hoy puedan conseguir los líderes políticos con sus apariciones en los medios informativos.
Estamos a pocos días del
comienzo oficial de la campaña para las elecciones del 20-D y ya tenemos la
principal cita electoral a la vista: el «gran debate a cuatro» del 7 de diciembre en
Antena 3, que también podrá verse en La Sexta o escuchar en Onda Cero para que
todo quede en casa.
Al igual que debates
anteriores, este ya empieza con discrepancias. Unas diferencias que, desde
nuestro punto de vista, no entendemos que se den en pleno siglo XXI y en una
etapa donde todos luchamos por la igualdad entre hombres y mujeres. Nos
sorprende muchísimo que Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias critiquen
abiertamente a Mariano Rajoy por que no acude a la cita televisiva y en su lugar se
presenta Soraya Sáenz de Santamaría.
Ellos, los Sánchez, los
Rivera o los Iglesias que no paran de defender a la mujer, que luchan por la
igualdad de las féminas con los hombres y hasta han cambiado las normas de la
gramática española con sus «ciudadanos y ciudadanas», «trabajadores y
trabajadoras», «madrileños y madrileñas», «niños y niñas» o la más impactante e ingeniosa en cuanto a igualdad: «miembros y miembras», hoy salen criticando la presencia
de una mujer en el debate del 7-D. Señores, no nos cabe duda, ustedes son algo «machistas».
Por otra parte, pensamos por
varias cuestiones que Mariano Rajoy sin acudir a este debate ya ha ganado el
primer punto a sus opositores. Y es que Rajoy en algunas cosas aprende rápido
y, por ello, envía a Soraya para que dé la réplica a los «machistas» y porque
con la sabiduría que le dan los años sabe muy bien que una mujer siempre tiene
razón y que diga lo que diga Soraya nunca se equivocará, entre otras cosas,
porque una mujer nunca se equivoca. Además, los participantes masculinos
tendrán que tener mucho cuidado con las palabras que emplean cuando se dirijan
a la vicepresidenta porque pueden perder unos cuantos votos de las señoras
ofendidas por las expresiones machistas que se empleen en el debate. Y es que
como decía mi abuela Nicasia: «Donde esté una mujer, que se quiten los
hombres».
Esta actitud feminista de
Rajoy está siendo muy criticada en todos los ámbitos, tanto sociales como
políticos, pero quizá la verdadera causa de su ausencia venga impuesta por la
propia Antena 3 al imponer a Soraya Sáenz de Santamaría como representante del
Partido Popular dado que la vicepresidenta fue quien acudió al programa El
hormiguero al igual que el resto de los participantes y este debate esté
comprendido en dicha participación televisiva y así de esta forma Atresmedia se
aseguraría desde el comienzo una máxima audiencia al presentar juntos en un
debate a los cuatro políticos que han pasado por el programa de Pablo Motos.
Y hablando de Pablo Motos,
pensamos que debería ser este presentador quien moderase el «debate a cuatro»
del próximo 7-D y que el escenario fuera el plató desde donde se emite El
hormiguero. Con esta medida, Antena 3 también subiría la audiencia y ofrecería
una expectativa mayor entre los ciudadanos al anunciar este debate como Especial Pablo Motos.
Por último, nos hacemos una
pregunta: ¿dónde están las asociaciones feministas que no han salido a la
palestra para defender a Soraya del machismo que rezuman nuestros principales
políticos?